martes, 30 de diciembre de 2014

Contacto con mi hermano

Imagen captada el 24 de diciembre de 2014. Foto Nely Alfaro
Mi familia es normal, como cualquier otra, somos cinco hermanos, mamá y papá, lastimosamente, hace poco más de dos años, el 22 de diciembre, falleció mi hermano mayor Josué, en un accidente cuando iba a trabajar.

Su muerte fue trágica y dejó sensibles a toda la familia por lo inesperado, además que era la fecha de Navidad.  Toda la familia sufrió con su partida y hasta hoy aún estamos sensibles; pero,  afrontando la situación.

Yo soy la mediana mi nombre es Nely, creo en espíritus y todo lo sobrenatural siempre me ha encantado y a mi hermano, que en paz descanse, de igual forma le gustaba mucho.

Seis meses luego de que él falleciera yo empecé a tener una sensación de calor en mi cabeza, como que si una mano o un objeto pesado estuviera haciendo presión sobre ella, en un principio pensé que era un dolor de cabeza.

Sin embargo, día tras día el dolor provocado por esa sensación se fue intensificando, descubrí que al pasar mi mano sobre mi cabeza el dolor pasaba, cuando me acostaba el dolor o presión regresaba con un tipo de hormigueo, en un principio el dolor fue solo en la noche con el tiempo pasó a darme a cualquier hora del día.

Cierto día fui a la casa de mi hermano vivía con mis padres, pensé: “bueno aquí será el momento donde pueda probar sí esto solo me pasa en mi habitación o acá también”.

Para mi sorpresa, el dolor y presión volvió esta vez era más fuerte, sentía mucho calor y me costaba conciliar el sueño, pasaba mi mano o giraba la cabeza y el dolor y presión se iban, pero luego volvían.

A la mañana siguiente quedé convencida de que lo que me pasaba no era un dolor de cabeza, definitivamente no lo era. Así que ese dolor o presión sobre mi cabeza ha seguido desde entonces de vez en cuando pasa y más cuando estoy triste.

Ahora bien, no ha sido sólo ese fenómeno el que me ha pasado, también he tenido sueños muy extraños, que a mi parecer son reales y siempre con mi hermano. Sueño y siento esa conexión con él, sé que otras personas no experimentan esto y sí llegara a pasarles sentirían miedo.

Tengo una teoría, con esas experiencias supongo que mi hermano me visita, incluso, ahora me tomo el atrevimiento de platicarle con él en los sueños y decirle cosas como por ejemplo que estoy triste o alegre.

En la pasada navidad toda mi familia se juntó y como de costumbre nos tomamos algunas fotografías. Un día antes del 24 de diciembre hablé con mi hermano y dije “quiero que te presentes en las fotos esa será la señal de que vos estás conmigo y con la familia siempre. No me defraudes espero verte en las fotos”.

Imagen captada en Salamá. Foto: Nely Alfaro
Días antes de esto, mis familiares que siempre han sido escépticos a todo lo que les he contado que me ha pasado, se impresionaron con una fotografía que se tomaron en un pequeño comedor en Salamá, Baja Verapaz.

Mis familiares pidieron que tomara la fotografía y para su sorpresa en ella salió una nube en forma de ráfaga, o como muchos que han visto la foto dicen, en forma de cigarro.

¡Es inexplicable! dijeron mis familiares, puesto que en lugar donde fue tomada la foto no había una fuente de luz,  solo un foco al frente que no estaba prendido porque era de día, tampoco habían entradas de luz solar directa.

Todos quedaron sorprendidos y según noté un poco más creyentes a lo paranormal ya que son cristianos católicos y según dicen, es pecado investigar qué pasa después de la muerte.

Para el pasado 25 de diciembre, mi familia se sentó a comer a eso de las 19 horas, durante el día fuimos al cementerio general a dejarle flores a mi hermano en conmemoración de sus dos años de fallecimiento. Además, acompañamos a una familia amiga al sepelio de su padre quien murió un día antes.

En la noche estábamos en la mesa y decidimos tomarnos la foto familiar, mi hermana fue la encargada de tomar solamente tres fotografías de tres enfoques diferentes.

Para nuestra sorpresa en dos de las fotografías apareció una luz muy fuerte en forma de cigarro grande y luminosa, a mi criterio un ser o un espíritu representado en un objeto de luz o energía.

En la primera imagen se puede apreciar encima de mí y mi novio al fondo y en la segunda, en la esquina derecha arriba de mi cuñado, quedamos sorprendidos ya que en el lugar donde fueron tomadas es un garaje.

Había un foco no más, y no había ninguna luz de la cual emanará un brillo como ese, el celular con el que fue tomada tampoco tienen fallos, es algo extraño e increíble.

La segunda imagen captada en navidad. Foto: Nely Alfaro
Después de todo lo que he vivido creo mucho más en lo que yo siempre sostuve, sé que es mi hermano siempre está conmigo, me escucha y me cuida en todo momento, sé además que nuestro cuerpo muere pero no nuestro ser y alma.

Creo que pasamos a otro mundo pero seguimos viviendo en alma y no nos olvidamos de quienes fuimos en esta tierra, eso lo que pienso.
En conclusión, soy cristiana católica y creo en Jesucristo como mi salvador y lo que me pasa no quiere decir que sea contraria a mis creencias espirituales.

Es más todo esto me he acercado más a mi fe y sé bien que es permiso de nuestro señor quien permite que nuestros familiares nos visiten.

Agradecería comentarios sobre las fotografías a aquellas personas que puedan aportar más datos sobre esta situación.


Nely Alfaro

jueves, 11 de diciembre de 2014

Un retroceso totalmente inesperado

Transmetro del eje sur. Foto: deguate.com
Quiero compartir una historia que me pasó hace unas semanas, una historia que me sigue quitando el sueño, por una simple razón, no sé si fue real o no.

Trabajo en la zona 4 de la capital en un lugar que si bien no es el ideal es lo suficientemente bueno para darme de comer y me permite estudiar los sábados.

Aseguro que el trabajo no es demandante, incluso es rutinario, llega un momento en que sí te lo propones terminas antes de la hora de salida y te deja tiempo para descansar.

Esta explicación la hago para que los que lean esto sepan que por la tarde no me muero de cansancio y por lo que a mí concierne, no tengo la mente agotada.

Recuerdo que fue un martes como es costumbre salí a las 17 horas de mi trabajo, un par de minutos caminando y llegué a la estación de Transmetro, justo para tomar el bus directo a la Central de Transferencia (Centra).

Al sentirme a salvo de los mezquinos ladrones, por la multitud que utiliza el servicio, saqué mi celular, me coloqué los auriculares y me divertí escuchando música y revisando mis redes sociales. Espere para irme sentado y el viaje no tuvo algo que merezca la pena describir, pues yo seguía utilizando mi teléfono para matar el tiempo, hasta ahí todo bien.

Cuando llegamos al Centra esperé que casi todos bajaran, como lo hago o hacía normalmente, cuando todos salieron me paré del asiento caminé unos pasos y antes de salir del bus sentí un agudo dolor de cabeza.

Era un dolor penetrante, solo lo puedo comparar como cuando una aguja pincha la piel, cerré los ojos y me llevé una mano a la cabeza, lo increíble comenzó. Creo que fueron uno o dos segundos los que cerré los ojos fuertemente por el dolor al abrirlos algo que no me explico pasó.

Estaba sentado en el mismo lugar del Transmetro que abordé, en la mano tenía el celular, los auriculares puestos y el bus circulaba un poco adelante del Trébol, el dolor había desaparecido. Me tomó otro par de segundos procesar lo que me pasó o lo que creo que me pasó, mi reacción de susto y perplejidad fue evidente para la persona que estaba sentada a la par de mí.

Sentía que el corazón me palpitaba en la garganta, guardé el celular, quise convencerme de qué lo que había pasado no era cierto, comencé a sudar como nunca, no sé por qué sentía miedo de llegar a la parada final.

El miedo se transformó en pánico, algo que luché para no demostrar en público, pensé que lo mejor era salir rápido no esperar como lo hice antes, titubee unos segundos, pero lo hice.

Me paré junto a todos, no sé por qué pero pensaba que el dolor de cabeza iba a regresar, me sentía desconcertado, no pasó nada, crucé la puerta y caminé hacia los buses, todo fue normal.

Lo cierto de todo esto es que aunque me intento convencer de que soñé esto que acabo de relatar algo dentro de mí me dice que fue real. Trato de poner los pies en la tierra y pensar que aluciné por unos instantes. Pero el recuerdo, la impresión me dicen que pasó y que fue real.

Como dije antes me quita el sueño pensar en esto a veces, incluso hay veces que me asusta subir a los estúpidos Transmetros, el hecho es que no sé qué más pensar.


Isaac González